Trabajos para el concurso "Muéstranos el escritor que hay en ti (junio 2009)".
Utopía de escritor
No sé si hacerlo.
Es un relato corto, terminaré pronto...
¿Por qué siempre trato de ponerme a prueba? Ha sido un día difícil. No quiero decir con esto que los demás sean fáciles.
Clavo la vista en la hoja en blanco. No obstante y aun sin girarme, la percibo. Ella llega por mi espalda, roza mis hombros, me besa.
─Cariño, me acuesto, ¿vienes? ─me susurra. Ha sonado bien.
Consumo un segundo, donde no contesto.
Sin embargo, espiro en silencio; mi vista se eleva y reincide en la estantería llena de libros: Cervantes, Verne, Follett... ¿Qué puedo aportar yo que no esté escrito? ¿Acaso tienen cabida mis textos para conmover a alguien?
Vuelvo a apreciar su ternura incitándome mi ser.
─Acuéstate, vida ─musito no obstante, sin atreverme a mirarla─. Voy a escribir.
La candidez de su presencia se va.
Mián Ros
El humilde Lylén.
La sabia Madre reunió a sus hijos. Les otorgó una taleguita antes de verlos partir.
Pasaron muchos años, y sólo Lylén volvió, cabizbajo y triste.
─¿Por qué lloras, hijo mío? ─preguntó Madre.
─Vengo de enterrar al último de mis hermanos, junto al primer frutal que sembré.
─¿Qué hallaste en tu taleguita?
─Diez semillas.
─¿Sólo?
Él asintió.
─No, hijo mío. Encontraste humildad, paciencia y conocimiento para ver la cosa más pequeña como si fuera grande, cada segundo como si fuera eterno.
»¿Sabes que llevaban tus hermanos?
Lylén no respondió.
─Mucho más que tú, y encontraron: valor, fortaleza, dinero... pero nunca comprendieron la Vida como la concebiste tú. Ahora ve, y sigue ViViendo.
Lylén no dijo nada, y se marchó.
Moraleja: No es más feliz el que más tiene, si no el que menos necesita. Disfruta del “presente”, pues “ya”, es pasado.
MiánRos
Título: ...
Y Marilyn... Murió.
─¿Ya está? ¡¿Pero ochocientos caracteres dan para algo más?! ¿Por qué me mira así? ¿A qué se debe ese silencio? ¿Acaso esos puntos suspensivos son la traducción y el conjunto de la totalidad de una vida? ¡Ah, vaya! Así que se trata de eso. Un relato minimizado a tres insignificantes puntitos. Usted es de los que piensa que las historias están rellenas de acontecimientos insustanciales, que la vida se reduce a nacer y morir, sin revoltijo ni tintes. Pues le voy a decir una cosa: si la Marilyn que usted menciona es la misma que yo estoy pensando, jamás murió, ni morirá. ¿Cómo? ¿Por qué endurece su gesto? ¿La suya tampoco? ¿De qué diablos estamos hablando entonces? ¿Que me he zampado el hueco de sus ochocientos caracteres? Sabe qué le digo: ...
MiánRos
Como dijo Cicerón:
ResponderEliminarRen tene, verba sequentur.
Tú ten el tema, que las palabras aparecerán solas.
Sabia moraleja y precioso relato El humilde Lylén.
Conmovedora la Utopía de escritor, el aporte de tus escritos, no son meras palabras sobre un cuaderno, llegan más allá, esa sutileza que tienes al escribir llena de fuerza, la expansión de detalles con los que viajamos por renglones fundiéndonos con la historia, la facilidad con que tan pronto lloramos como reímos.
Cervantes, Verne, Follett...
...y también Miánros.
Gracias Gemma por tus palabras. Estoy encantado de que te hayan gustado los microrrelatos.
ResponderEliminarBesos
Quería pedirte si puedo hacer una entrada en el blog de nuestra asociación con tu microrrelato de el humilde Lylén.
ResponderEliminarUn besote fuerte Mián.